Un malargüino celebrará sus 25 años de trayectoria con una muestra artística

Se trata de Pablo Andres Ibarra quien expondrá en el Centro de Convenciones y Exposiciones Thesaurus una muestra denominada Aromas y Sensaciones, la vida misma.

Como es habitual, el Centro de Convenciones y Exposiciones Thesaurus es el sitio elegido por muchos artistas para que expongan sus trabajos en el túnel que se encuentra en el lugar. Este es el caso del malargüino Pablo Andres Ibarra que estará inaugurando su muestra artística “Aromas y sensaciones, la vida misma”, el próximo jueves 4 de noviembre desde las 20 horas con entrada libre y gratuita.

Pablo contó que él vivía en Malargüe hace un tiempo y debió mudarse por situaciones de la vida, pero hoy esta muestra lo trae de nuevo al departamento para celebrar con su gente los 25 años desde que realizó su primera exposición artística.

Sobre la muestra en sí, el artista adelantó: “Arranca con una obra teórica donde cuento mis inicios -allá por el 1997-, donde el academisismo formaba parte de mi ser. Después el hombre fue transformándose hasta parecer los ismos, cubismo, realismo, dadaismo y esto me lleva a encontrar a mi propio ser, la vida misma. Precisamente allí es donde elaboro una obra más conceptual como el universo, el otoño, el vino, el hilo rojo que nos une y demás”.

Aseguró que va a ser una noche para reencontrarse con mucha gente de Malargüe que quiere mucho y con la que desea compartir un bello momento sosteniendo que ellos lo vieron convertirse en el artista que es hoy.

Aromas y sensaciones, la vida misma
Por Lic. María Coria Aveiro

¿Qué es la vida sin evolución? ¿Sin trascendencia? ¿Sin vestigios de crecimiento, de cambios, de desarrollo? Definitivamente, un sin sentido.

El arte va por la misma vía y seguramente sin él; y sin intencionalidades, se caería en lugares lineales, abstractos, sin encantos ni mensajes, sin conceptos ni diálogos, sin la manifestación visual de ese recorrido evolutivo.

Pablo A. Ibarra y su muestra “Aroma y sensaciones, la vida misma” nos pone de cara a esos cuestionamientos, será que su recorrido así lo amerita, siendo esta exposición el 25 aniversario de su primera muestra allá por el año 1996.

Abiertos a estos incisivos planteos, las obras en su conjunto nos hablan de las esencias, de esos primeros tiempos de cada hombre, de la niñez, las costumbres -y las que se rompen-, las relaciones espirales, la perfección -áurea- de la vida, de los oficios que nos marcan, de la naturaleza (con la amplitud de su significado) y la botánica.

Las técnicas que predominan la muestra hablan de un artista contemporáneo, propio de este tiempo; técnica mixta, óleo y acrílico en mdf, arte francés, instalaciones, lana, papel y demás nos evidencian la evolución de lo clásico, del estudio académico del arte y la distancia que se puede tomar de ese “academicismo” con las particularidades que hoy legitiman al arte, un todo vale si de manifestación artística se trata.

Dejarse interpelar por las obras es caer en un confort clásico de cada muestra. Lo que se propone a cambio es dejarse cuestionar y revisar los andares, tomar la idiosincrasia y lo inherente, lo que nos es espejo, para mirarnos cada tanto reconociendo el pasado para fortalecer el presente. Ese es el real sentido que el artista deja en este espacio para construcción de cada uno de nosotros.

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